lunes, 24 de enero de 2011

México en el Oscar: Anthony Quinn (Parte I)




El 21 de abril de 1915 en Chihuahua, México, de padre irlandés y madre mexicana, nace Antonio Rodolfo Quinn Oaxaca. Según el actor, sus padres fueron: Francisco Quinn, de origen medio irlandés y medio mexicano, y Manuela Oaxaca, mexicana descendiente de aztecas. Su padre había participado en la Revolución mexicana y allí conoció a la soldadera que iba a ser su madre. Manuela estuvo mucho tiempo tras los pasos de su marido, participante de las huestes de Pancho Villa, y con una gran abnegación y sacrificio realizó labores de lavandera para mantener a su retoño Antonio en haciendas de Texas y Juárez. Por fin, en 1919, marido y mujer se reunieron y se trasladaron como inmigrantes a California. Ya cumplidos los cinco años de edad, Antonio comenzó a trabajar como recolector de frutas y jornalero. En 1920, los Quinn se trasladaron a Los Ángeles para tentar mejor suerte; su padre hacía grandes esfuerzos para mantener a su familia sin poder despegar de la pobreza, y el pequeño Antonio realizó labores de lustrabotas y vendedor callejero de periódicos.

Estudió en establecimientos educativos de su barrio, sin alcanzar a terminar sus estudios, por el fallecimiento de su padre en 1926, lo que lo obligó a buscar trabajos informales para ayudar a su familia. Acicateado por la pobreza y con un espíritu de superación desbordante, trabajó haciendo diversos oficios tales como peón de hacienda, friegaplatos o mensajero de correo. Para esa época era un mozalbete inteligente, rudo, belicoso y rudimentario en sus modales, pero ya se había propuesto surgir al precio que fuese necesario.

En su adolescencia, empezó a interesarse en el arte e intentó ser retratista de estrellas de Hollywood. Dibujaba a las estrellas de su elección desde fotos de periódicos y les enviaba sus trabajos por correo. Sólo Douglas Fairbanks le respondió, y a vuelta de correo recibió 10 dólares por su boceto. Intentó ganarse la vida como imitador de estrellas tales como Bing Crosby y Louis Armstrong, entre otros, haciendo las veces de bufón en fiestecillas, pero no tuvo el éxito que esperaba, por lo que volvió a trabajar como obrero de construcción y carnicero. A los 16 años, aprovechando su complexión y su altura (1,88 m), practicó el boxeo profesional con el mismo fin. Ganó 16 peleas, pero en la 17a. fue destrozado por un rival mejor, y se retiró del oficio. A los 17 años de edad se casó con una chica llamada Silvia, una mujer 17 años mayor que lo introdujo en el estudio del arte y la filosofía. Para esa edad, aún era trabajador de la construcción, y Silvia le hizo tomar clases de dicción para mejorar su capacidad de expresión oral y mejorar sus rústicos modales.







Más tarde, en 1935, cursó estudios de pintura y de interpretación en el Polytechnic High School y de arquitectura con Frank Lloyd Wright, y obtuvo el primer premio por un diseño arquitectónico que realizó. Sin embargo, se sintió atraído por la carrera cinematográfica gracias al apoyo de la estrella de ese momento, Mae West, para quien trabajó como anunciador en uno de sus espectáculos, “Clean Beds”, que representaba en un teatro de Los Ángeles, y luego de incursionar en ese ambiente realizó su debut, a los 21 años, como extra en la película del gran comediante Harold Lloyd La Vía Lactea (The Milky Way, Leo McCarey, 1936) y con un rol en el filme de la Universal Parole! (Lew Landers, 1936). Se dice que terminado el rodaje, llevó a su abuela enferma de cáncer a ver el estreno, quien dijo al terminar: «Ahora puedo morir en paz».

En una entrevista concedida al reportero Waldemar Verdugo Fuentes para la revista chilena CARAS en 1994, el actor comentó lo siguiente: “Mi adolescencia en los Estados Unidos no fue fácil; piensa que a los 16 años trabajaba de "sparring partner" de Primo Carnera, un boxeador de esos tiempos; o sea, que también debí dejarme pegar...” Y sobre sus inicios en el cine manifestó: “Creo que estaba aterrorizado, pero necesitaba comer; el hambre hizo que me nacieran grandes inquietudes para alcanzar el triunfo. Poco a poco hice mis primeras incursiones fílmicas, hasta contar con el apoyo de algunos productores que creyeron en mí, como Cecil B. De Mille. Claro que una vez que me decidí, nunca he dejado de trabajar hasta ahora”.








Con el nombre artístico de Anthony Quinn, en 1936 realizaría intervenciones en 5 películas, incluidas las dos ya citadas, y en 1937 interviene en 6, destacando entre ellas Swing High, Swing Low (Mitchell Leisen, 1936), protagonizada por Carole Lombard, Fred MacMurray y Dorothy Lamour; y Boda en Waikiki (Waikiki Wedding, Frank Tuttle, 1937), con Bing Crosby y Martha Raye, ganadora del Oscar por Mejor Canción. En ese tiempo y durante el rodaje de La Jornada Trágica (The Plainsman, Cecil B. De Mille, 1936), western protagonizado por Gary Cooper y Jean Arthur sobre los amores entre legendarias figuras del oeste (Bill Hickok, Calamity Jane y Búfalo Bill, interpretado éste por James Ellison) y donde Quinn hacía de indio cheyenne, conoció y quedó prendado de la hija del director Cecil B. De Mille, Katherine, y decidió terminar su unión de 4 años con Silvia.










En 1937 se casó con Katherine; sin embargo, su suegro no lo ayudó mayormente en su carrera, y su aceptación como yerno fue muy condicionada debido a su precariedad económica. De hecho, Quinn no pudo invitar a ningún familiar o amigo a su fiesta de bodas, para evitar a De Mille el bochorno de tener que alternar con personas que no pertenecían a su encumbrado círculo social.









En 1938 su suegro lo incluye en el reparto de Corsarios de Florida (The Buccaneer, Cecil B. De Mille), cinta de aventuras marítimas nominada al Oscar por Mejor Fotografía y protagonizada por Fredric March, Akim Tamiroff, Walter Brennan y Franciska Gaal. Ese año rodó 6 producciones, y al año siguiente intervino en cuatro, destacando el filme Union Pacific (Cecil B. De Mille, 1939), con Joel McCrea, Barbara Stanwyck, Akim Tamiroff y Robert Preston, cinta que le reportó a De Mille la Palma de Oro en el Festival Internacional de Cannes.










En 1939 nació su hijo Cristopher, quien sin embargo falleció a los 4 años de edad en una piscina, lo que golpeó duramente al naciente actor. Sus otros hijos con Katherine De Mille fueron: Christina Quinn, Kathleen Quinn, Valentina Quinn y Duncan Quinn. Por su apariencia "multiétnica" y su paso por el boxeo en sus facciones, siguió interpretando roles secundarios como nativo de los Estados Unidos, mafioso italiano, gángster, chino, árabe, filipino o hispano durante la década de 1940. Rodó 29 filmes, encasillándose en papeles de hampón, villano y personajes de dudosa reputación. Esto trascendió en la vida real, y la alta sociedad del Hollywood de la época no lo admitía en sus círculos, discriminándolo.









Pero consiguió muy buenos papeles en cintas como Ruta de Singapur (Road to Singapore, Victor Schertzinger, 1940), comedia con Bing Crosby, Bob Hope y Dorothy Lamour; Ciudad de Conquista (City for Conquest, Anatole Litvak, 1940), drama boxístico con James Cagney y Ann Sheridan; Sangre y Arena (Blood and Sand, Rouben Mamoulian, 1941), la adaptación de la novela de Blasco Ibáñez con Tyrone Power, Linda Darnell, Rita Hayworth y Alla Nazimova; Murieron con las Botas Puestas (They Died with Their Boots On, Raoul Walsh, 1941), con Errol Flynn, Olivia de Havilland y Arthur Kennedy; Camino de Marruecos (Road to Morocco, David Butler, 1942), de nuevo con Bob Hope, Bing Crosby y Dorothy Lamour; El Cisne Negro (The Black Swan, Henry King, 1942), filme de piratas con Tyrone Power, Maureen O’Hara y Thomas Mitchell; Incidente en Ox-Bow (The Ox-Bow Incident, William A. Wellman, 1943), western nominado al Oscar como Mejor Película, estelarizado por Henry Fonda y Dana Andrews; Guadalcanal (Guadalcanal Diary, Lewis Seiler, 1943), drama bélico con Preston Foster y Lloyd Nolan; el western Buffalo Bill (William A. Wellman, 1944), con Joel McCrea, Maureen O’Hara y Linda Darnell; Back to Bataan (Edward Dmytryk, 1945), drama bélico protagonizado por John Wayne; Sinbad el Marino (Sinbad the Sailor, Richard Wallace, 1947), filme de aventuras protagonizado por Douglas Fairbanks Jr. y Maureen O’Hara; y consiguió su primer papel estelar en drama histórico filmado a color De la Misma Sangre (Black Gold, Phil Karlson, 1947) donde personifica a un nativo americano que se convierte en millonario petrolero, contando además con el protagonismo de su esposa Katherine De Mille.

























En 1947, el actor consiguió su nacionalización estadounidense, por lo que no participó en la Segunda Guerra Mundial. Ese mismo año debutó en Broadway con la obra The Gentleman From Athens; y pronto consiguió gran éxito con Un Tranvía Llamado Deseo, de Tennessee Williams, donde interpretaba el papel de “Stanley Kowalski”. Este clásico había sido estrenado con las actuaciones de unos jóvenes Marlon Brando en el papel de “Kowalski” y Jessica Tandy en el de “Blanche Dubois”. Para la gira por los Estados Unidos, la bella Uta Hagen y Athony Quinn reemplazaron a los actores anteriores, actuando al lado de Jorja Cartright como “Stella” y George Matthews como “Mitch”. Quinn cosechó aplausos y las mejores críticas con su interpretación, era la viva encarnación del “macho” desaliñado, bruto y primitivo que se describía en el libreto de la obra, por ello cuando Elia Kazan eligió a Brando y no a él para dar vida al protagonista en la adaptación a la gran pantalla, pocos confiaban en que el joven Brando pudiera estar a la altura del papel que iba a representar. De hecho, Kazan eligió a casi todo el reparto original de Broadway para la traslación de sus personajes al cine: Karl Malden como “Mitch” y Kim Hunter como “Stella” fueron galardonados con el Oscar como actores de reparto. A la única que el afamado director no contrató fue a Tandy como protagonista, pues en su lugar colocó a la ya oscarizada Vivien Leigh en el papel de “Blanche”, obteniendo por ello su segundo y último Oscar. Cuando la cinta se estrenó en 1951, no hubo duda alguna: Marlon Brando daba un nuevo aire a “Stanley”, dotándolo de una sexualidad y erotismo que no se había visto en los teatros, y por ello recibió su primera candidatura al premio de la Academia. La única que la cinta perdió en las cuatro categorías de actuación. Posteriormente Quinn también hizo gira nacional en la década de los 50’s con Nacida Ayer (Born Yesterday), sobre la obra de Garson Kanin, que George Cukor llevó al cine en 1950 con las actuaciones de Judy Holliday, William Holden y Broderick Crawford, que le reportó un discutido Oscar a la Holliday.









Quinn mientras tanto continuó su carrera en algunas series de televisión entre 1949 y 1951, principalmente en teleteatros, volviendo al cine en la película Toros Bravos (The Brave Bulls, 1951), drama dirigido por el recien oscarizado Robert Rossen, y estelarizado por Mel Ferrer y que tenía como estrella femenina principal a Miroslava Stern, actriz nacida en Praga que había tenido gran éxito en las películas mexicanas de la década de los 40’s.








Enfrentados por los chismes de espectáculos de aquellos años, Quinn y Marlon Brando serían convocados por Elia Kazan en ¡Viva Zapata! (1952), biografía del caudillo revolucionario mexicano, que contó con guión de John Steinbeck. La elección principal del estudio (20th Century Fox) había sido en un principio la de Tyrone Power, pero finalmente Brando se impuso con el personaje principal, lo que causó gran descontento a Quinn, que deseaba ser él el protagonista, pues era auténticamente mexicano y daba más el perfil para representar a “Zapata”. Pero no pudo hacer nada ante la decisión tomada por el director y los productores, y le fue asignado el personaje de “Eufemio”, el hermano del protagonista. Para solventar sus diferencias, se dice que ambos actores compitieron por ver quien de ellos podría orinar más lejos en el Río Grande, cuando estaban en locaciones del límite de Texas. Quinn perdió por poco, pero dio una excelente interpretación como “Eufemio Zapata”, y algo increíble sucedió: La película fue nominada a 5 Premios Oscar, Mejor Dirección de Arte, Mejor Guión Original (Steinbeck), Mejor Música (Alex North) Mejor Actor (Brando), y Mejor Actor Secundario, que nominación que recayó en Anthony Quinn. Esta era la primera ocasión en que un actor de origen latino era considerado al Premio de la Academia.










Sus competidores eran: Richard Burton por Mi Prima Raquel (My Cousin Rachel, Henry Koster), Arthur Hunnicutt por Río de Sangre (The Big Sky, Howard Hawks), Victor McLaglen por El Hombre Tranquilo (The Quiet Man, John Ford) y Jack Palance por Miedo Súbito (Sudden Fear, David Miller). Como hasta entonces, en las anteriores 24 entregas del Oscar solo un actor latino había ganado una candidatura de actuación (el boricua José Ferrer) apenas tres años antes, Quinn decidió no asistir la noche de la Ceremonia, y cuando se leyó el resultado, el público quedó sorprendido de que el Oscar como Mejor Actor Secundario fuera para… ¡Anthony Quinn! La única mención que ganó la película. Su esposa Katherine, que sí había asistido a la gala, recibió la estatuilla en su honor. Este era el primer Oscar concedido a un intérprete mexicano.








Una de sus principales características del galardonado actor era el "robar" el protagonismo al actor principal, al destacar desde papeles secundarios. Su talento innato era tan evidente en consistencia, simpleza y credibilidad que en ninguno de los filmes en que participó tuvo malas críticas. Sin embargo, su apariencia lo siguió encasillando en papeles de macho o duro, y siguió interpretando a piratas y aventureros en sus siguientes filmes. Para esa fecha trabó amistad con el famoso muralista mexicano David Alfaro Siqueiros, quien intentó aconsejarlo de abandonar el cine, pero acicateado por su pasado de pobreza, Quinn se obstinó en permanecer en los platós.






En 1952 también actúa nuevamente como bucanero en el filme La Isla de los Corsarios (Against All Flags, George Sherman), junto a un ya decadente Errol Flynn y a la consagrada Maureen O´Hara. En 1953 viajó a Italia donde, después de participar en algunas películas, logró el papel principal en la cinta La Calle (La Strada, 1954) de Federico Fellini, que ganó numerosos premios internacionales, como el León de Plata para su director en el Festival de Venecia y el Oscar a Mejor Película Extranjera en 1957. Aquí, Giulietta Masina, esposa del director, interpreta a “Gelsomina”, una chica que es vendida por su madre viuda a un artista ambulante, “Zampanó” (Quinn). Pese al carácter violento y agresivo de éste, la muchacha se siente atraída por ese estilo de vida en la Strada (la calle, en italiano), sobre todo cuando su dueño la incluye como parte de su espectáculo. Pese a que varios de los pintorescos personajes que se encuentra por el camino le ofrecen que se una a ellos, Gelsomina demostrará su fidelidad a Zampanó hasta los límites de su voluntad.











Con esta película inició una nueva faceta interpretativa, marcada por el dramatismo y la intensidad en los papeles que interpretó en sus siguientes películas, bajo la dirección de importantes directores como George Cukor, Martin Ritt, Edward Dmytryk, John Sturges y Nicholas Ray, entre otros. También el paso a la madurez (cumplió 40 años en 1955) cambió su aspecto físico, lo que lo ayudó a conseguir roles de carácter.









De esta etapa destacan las cintas en que intervino, como protagonista o actor de reparto: Ulises (Ulisse, Mario Camerini, 1954), filme italiano protagonizado por Kirk Douglas, Silvana Mangano y Rossana Pedestá; Attila (Pietro Francisci, 1954), otra super producción italiana estelarizada junto a Sophia Loren e Irene Papas; Santos, el Magnífico (The Magnificent Matador, Budd Boetticher, 1955), historia de un torero con Maureen O’Hara y Manuel Rojas; Seven Cities of Gold (Robert D. Webb, 1955), filme de conquistadores españoles del siglo XVIII en busca de oro, filmado en Guadalajara, Jalisco, México, y estelarizado por Richard Egan, Michael Rennie, Jeffrey Hunter, la portorriqueña Rita Moreno, el mexicano Eduardo Noriega y el español Julio Villarreal; Notre Dame de Paris (Jean Delannoy, 1956), coproducción francoitaliana donde hizo una notable interpretación de “Cuasimodo” actuando junto a la bella Gina Lollobrigida como “Esmeralda”, en esta adaptación de la novela de Victor Hugo.














Para su sorpresa, recibió en 1957 su segundo Óscar al Mejor Actor Secundario, o de Reparto, por su rol del pintor Paul Gauguin en la película El Loco del Pelo Rojo, también llamada Sed de Vivir (Lust for Life, 1956), del director Vincente Minnelli, sobre la vida de Vincent Van Gogh, interpretado por Kirk Douglas. La cinta obtuvo 4 candidaturas, incluyendo Mejor Actor, Mejor Guión Adaptado y Mejor Dirección de Arte en Color.









Es destacable mencionar que Anthony Quinn solo aparece 8 minutos en la película, y que aún así logró su primer nominación al Globo de Oro, y su segunda y última estatuilla oscaril por encima de Don Murray considerado por la cinta de Marilyn Monroe Nunca fui Santa (Bus Stop, Joshua Logan), Anthony Perkins por La Gran Prueba (Friendly Persuasion, William Wyler), Mickey Rooney por Amanecer Sangriento (The Bold and the Brave, Lewis R. Foster) y Robert Stack nominado por Escrito Sobre el Viento (Written on the Wind, Douglas Sirk), melodrama este último protagonizado por Rock Hudson y Lauren Bacall, que le dio la estatuilla de Mejor Actriz Secundaria a Dorothy Malone.








El mexicano estaba en la cima del éxito. Y reflexionaba así sobre la importancia de su origen: “Antes que nada, soy mexicano, y como tal, formo parte del espíritu que mueve a los latinos, algo que siempre preciso en forma terminante donde sea que estoy. ¿Cómo podría ser de otra manera? El nacer en uno de los lugares más castigados y deseados por los intereses revolucionarios de aquellos tiempos, a mi familia y a mí, al igual que a muchas otra familias, la Revolución nos arrojó a Estados Unidos, a emprender otra lucha, en otro ambiente y entre otras gentes, pero soy mexicano, formo parte de la comunidad latinoamericana y siempre lo he expresado así.”






Continuará...

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