viernes, 26 de julio de 2013

Diálogos Inolvidables: Los Reyes del Sol


Los Reyes del Sol (Kings of the Sun, 1963)


 
Director: J. Lee Thompson.
 
Guión: Elliott Arnold, James R. Webb (sobre una historia de Elliott Arnold).
 
Música: Elmer Bernstein.
 
Reparto: Yul Brynner, George Chakiris, Shirley Anne Field, Richard Basehart, Brad Dexter, Armando Silvestre, Leo Gordon, Rudy Solari.
 

América precolombina. Tras la muerte de su padre en combate, Balam (George Chakiris) se convierte en el rey de los Mayas en Yucatán. Su primera acción es poner a su pueblo a salvo de los enemigos que dieron muerte a su padre y que desean acabar con su legado. Animado por una leyenda antigua que asegura que hay tierras más allá del gran mar (Golfo de México), los mayas se aventuran a una larga y dura travesía hacia el norte hasta llegar a una región costera donde pretenden construir su nuevo hogar. Pero este lugar (Estados Unidos) ya está habitado por una tribu guerrera cuyo jefe, Águila Negra (Yul Brynner), no está dispuesto a compartir su territorio. Ambos jefes se enfrentarán en un combate cuerpo a cuerpo, en el cual Águila Negra es capturado y resulta herido de gravedad, por lo que la indígena Ixchtel (Shirley Anne Field), prometida a Balam en matrimonio -cargo que ha rechazado-, tendrá que cuidarlo hasta su recuperación para que pueda ser sacrificado a favor de los Dioses. Águila Negra se enamorará de ella, pero Balam enfrentará el dilema de ponerlo en libertad contraviniendo a la tradición de su pueblo y así entablar una convivencia pacífica con su tribu, o por celos sobre Ixchtel, dejarlo morir en la piedra de los sacrificios.




Nos encontramos ante la primera superproducción hollywoodense que aborda el mundo Maya, dirigida por J. Lee Thompson después de rodar las exitosas Los Cañones de Navarone (1961), Cabo de Miedo (Cape Fear, 1962) y Taras Bulba (1962). La película fue filmada en escenarios naturales de la república Mexicana, como el centro ceremonial de Chichén-Itzá (Yucatán), la costa de Mazatlán (Sinaloa), y los estudios Churubusco-Azteca de la ciudad de México. Sin embargo y pese a las expectativas y su atractivo reparto, el filme no fue el éxito esperado a causa de las críticas que cayeron sobre el argumento y las actuaciones que aún pesan sobre él.









La historia es totalmente ficticia, es cierto, así que aquí no encontraremos la rigurosidad histórica exigida por los entendidos. Los anacronismos están a la orden del día. La fisonomía aria de los actores principales interpretando a los mayas no permite visualizarlos como indígenas mexicanos, las pelucas lucen falsas y risibles, y Chakiris con ese peinado a los 60’s se dedica a poner cara de situación en todo el metraje sin preocuparse por la actuación. La bella actriz principal cambia de ropa y de peinado con una facilidad que a todas luces se ven los intentos de emular a la Elizabeth Taylor de Cleopatra (1963). Ya apenas transcurridos los primeros 5 minutos del metraje se nos olvida que estamos inmersos en el mundo maya, y de pronto la situación, el vestuario y el contexto nos hacen pensar estar viendo otra película de romanos, egipcios o de cualquier otra cultura exótica que tanto gustaba al Hollywood de aquella época. Y por último, Los Reyes del Sol será considerada para siempre la película en la que Yul Brynner sale semidesnudo en todo el metraje, dedicándose a pasear su torneada musculatura por la pantalla como animal en celo en busca de mejores oportunidades, ocultándose entre las sombras y recitando sus diálogos como el más interesante de los hombres, hecho del que tomaría nota Marlon Brando para personificar al Coronel Kurtz en Apocalypse Now (1979). Pero ¿hay algo de bueno en esta película? Mucho. Olvídense de las lecciones de Historia y denle una oportunidad a este filme que contiene batallas muy bien filmadas, tomas aéreas, escenas de masas, un triángulo amoroso bien manejado, y una música impresionante, en lo que ya es un clásico del cine de aventuras de la primera mitad de la década de los 60’s.





 





La escena que hemos elegido corresponde justamente al final de la primera hora de metraje. Es de noche, y Ah Min (Richard Basehart) ha informado a Águila Negra (Yul Brynner) que será ejecutado mañana mismo siguiendo con la tradición de los sacrificios para honrar a sus Dioses, por lo que debe considerarse afortunado, pues al ser el mensajero en el otro mundo, también se volverá Dios y el hijo que engendre también será honrado como un Dios. Águila Negra toma la noticia con sobresalto, pues hasta el momento había creído que lo cuidaban y asistían porque lo dejarían en libertad. El emisario le explica que se le concede el matrimonio para esa misma noche con la joven que sea de su agrado, para que así pueda dejar descendencia concibiendo un hijo. El jefe indio elige a Ixchel (Shirley Anne Field), y aunque esta decisión no es del agrado de Balam, tampoco se lo prohíbe, pensando que la joven está de acuerdo. Intranquila, Itzel entra a la choza y busca entre las sombras a Águila Negra, que aparece para atormentarla.






Águila Negra: La última vez que estuviste aquí, a traerme una capa de bellas plumas, yo te tuve en mis brazos y te pedí que fueras mi esposa. Ahora vienes a mí… para ser mía… Pero no como yo quería… Ni desposada. Hasta mañana, cuando tus sacerdotes vengan a matarme... Honrado. Sacrificado. ¡Asesinado por superstición!
 
Ixchel: ¡No!
 
Águila Negra: Pero antes he de engendrar un Dios, luego abonaré vuestras cosechas con mi sangre ¡y me adorarán!
 
Ixchel: ¡Se ha dispuesto así, es nuestra religión!




Águila Negra: No es la muerte en sí. Sino la manera de morir... Me robáis la muerte de un guerrero. Y tú me devolviste la vida. Consentiste que llegase a creer que iba a reunirme con mi pueblo. Dejaste que te amase... ¡Padre de un Dios! Pero yo no quiero tener un hijo que sea Dios. Solo quiero tener hijos… tan valientes como esos niños… que llevan a los búfalos sujetos por el hocico.
 
Ixchel: ¿Entonces por qué me llamaste?
 
Águila Negra: He querido hacerte sentir mi odio… como un día quise que sintieras mi amor…




Aquel guerrero y aquella mujer de culturas tan distintas, quizá no puedan compartir más allá de una simple amistad, pero lo que es seguro, es que tendrá que haber una hermandad entre sus pueblos a causa del antiguo y obstinado enemigo de Balam, Hunac Ceel (Leo Gordon), que no lo ha olvidado y ha seguido a los mayas hasta su nuevo emplazamiento para saciar su sed de venganza.




 






 
(Ver película completa aquí)